Celebración San Francisco de Asís
Celebración San Francisco de Asís
Compartimos el mensaje del Padre Humberto Ascencio Plascencia en la celebración de Nuestro Padre san Francisco y el Ingreso al Postulantado de la Hna. Elvira Salvador:
“Muchas felicidades hermanas en su día, en el día de San Francisco de Asís, un santo admirado por muchos, católicos y no católicos, padre espiritual de todas ustedes, me uno a su celebración».
Comparto con ustedes tres aspectos de los tantos que podemos contemplar en la vida de San Francisco de Asís; contemplando en el evangelio vivido en este gran santo con características que él tenía que ustedes seguro han contemplado en algún momento de su vida como son pobreza, humildad, sencillez, amor grande a la Eucaristía, amor y respeto a los sacerdotes, sus estigmas, alegría, obediencia a la Iglesia, etc.
Hemos celebrado con júbilo la fiesta de nuestro Padre San Francisco con un solemne triduo en los templos del Refugio y del Sagrado Corazón, así como en nuestros centros educativos. En este día también nos alegramos por el Regalo de una nueva hermana postulante que desea conocer el carisma franciscano en esta familia religiosa y ha iniciado esta etapa de formación dentro del marco de la fiesta de nuestro padre, que Dios le conceda perseverancia y fidelidad al llamado que Él mismo le ha hecho.
Pero hoy vamos a contemplar tres solamente:
1° Pobreza junto con humildad: Al pensar en Francisco la mente de inmediato se va a pensar en pobreza que va de la mano con la humildad, esto es tan de los consagrados, me atrevo a decir que lo que llama la atención al mundo es la pobreza y la humildad; no perciben tanto la obediencia porque no saben si se obedece de mala gana, si con gusto; ni la castidad eso Dios y cada uno lo sabe, los signos externos sí, pero la vivencia profunda no. en cambio la pobreza si la perciben los demás, de tal manera que pueden hacer un juicio si el consagrado vive o no la pobreza; si algo llamó tanto la atención de San Francisco desde el principio fue eso, la pobreza y la humildad y santa Clara pronto siguió su ejemplo. Quienes viven la pobreza atraen, en este tiempo vemos a santa Teresa de Calcuta como sigue atrayendo cuando la vida es muy exigente. La pobreza nos salva de la ambición, de la esclavitud, del egoísmo, de la envidia, de las ataduras; cualquier bien material por pequeño e insignificante que sea tiene una semilla, un germen de ambición, siempre queremos más de lo que tenemos, aún en lo ordinario. Si queremos atraer a otros hacia Cristo, no solo en la vida consagrada, sino al amor de Cristo, la humildad y la pobreza en un buen medio. Somos privilegiados al ser elegido por el Señor, hemos sido elegidos para servir. La humildad y pobreza nos salvan de muchos peligros para el espíritu.
2º En segundo lugar vemos los estigmas de San Francisco que nacieron en Cristo Jesús, en la cruz, no hay estigmas sin cruz, sin sacrificio; San Francisco no presumía los estigmas, le dolían, eran heridas, llagas vivas. No eran un adorno, era sacrificio, dolor que nació en la cruz y que el Señor le compartió. Hemos de aprender a saber llevar dolor, sacrificio, saber renunciar y saber subir a la cruz, porque puede ser que la vida de consagración donde estemos llamados a participar de la vida de Cristo y en ella la cruz pueda ser una vida cómoda en el sentido que la Providencia de Dios nunca nos deja, es algo que tenemos los consagrados y nos puede dar comodidad. Pero hay un remedio, nosotros buscar el sacrificio, la penitencia es un remedio muy bueno para nuestra alma y bien de muchas personas cuando lo hacemos con esa intención de hacer bien a los otros con nuestro sacrificio. No tengamos miedo al dolor, al sacrificio, a la cruz; hace falta, es parte, no olvidemos, de nuestra consagración porque nos asociamos a la redención.
3º Y en tercer lugar Escuchar al Señor; San Francisco fue un viento nuevo que llegó a la Iglesia en esos tiempos que estaba viviendo una crisis muy fuerte, crisis donde la Iglesia se estaba acomodando, aburguesando. Francisco escucha el llamado de Dios a reparar la Iglesia. Francisco lo escucha en la oración, al Señor así es como se le escucha: en la oración, en su Palabra, en la Iglesia; Francisco fue con el Papa, no quiso hacer nada sin su autorización. Al Señor se le escucha en nuestros superiores, es muy importante escuchar a Dios porque de ahí parte todo. Cuando nuestra oración mengua, cuando el amor a la Palabra de Dios viene abajo, cuando lo que nos dice la Iglesia lo vemos como una mera opinión o cuando desafiamos la autoridad de los superiores, es que no estamos escuchando al Señor y pueden suceder cosas muy catastróficas, por eso hay que escuchar al Señor siempre.
Para llegar a la pobreza y a la humildad se tiene que iniciar primero escuchando al Señor, para conocerlo, amarlo, estar dispuestos al sacrificio y una vez que hemos aprendido a sacrificarnos la pobreza no cuesta trabajo; pero cuando no escuchamos al Señor ni siquiera nos damos cuenta de lo que nos pide. Cuando no nos acostumbramos a los sacrificios vemos muy lejana la pobreza, nos da miedo, pero quien escucha al Señor, quien se sabe sacrificar para él, la pobreza es bienvenida.
Que San Francisco interceda por todos nosotros para que como él sepamos escuchar al Señor siempre, saber sacrificarnos, subir a la cruz con el Señor con toda valentía.
Y en Hora buena Elvira que el día de hoy inicias tu itinerario de formación, como ya decía, la elección es un privilegio pero que conlleva una gran responsabilidad, no tengas miedo porque aquí en México y en donde quiera quien invita paga y si el Señor te ha invitado, él dará lo necesario, él va a pagar, pero sé generosa. Dificultades las habrá, todos las tenemos, pero con la gracia podemos, como le dice a San Pablo te basta mi gracia. No veas tanto tus limitaciones, están y estarán pero que bueno que estén y que el Señor escoja a personas tan limitadas para que se vea que es obra del Señor y no nuestra. En la pobreza se ve más la obra del Señor porque sin él no podríamos hacer nada. Que no te de miedo las limitaciones, el llamado, sólo confía en el Señor que te ha elegido y se dócil a la formación, sé dócil a la voluntad de Dios, que hacer la voluntad de Dios es encontrar tu verdadera felicidad. Adelante y muchas felicidades.