Educación

Ideario de nuestros colegios

Descargar el Ideario

Misión

Preservar y prevenir al ser humano de aquello que impida su desarrollo integral y su relación con Dios y con el hermano, para que sea fermento reparador y pacificador de la sociedad en constante cambio, a través del encuentro alegre con Cristo y la ciencia.

Escudo

El escudo representa la razón de ser de las Instituciones de las Religiosas Franciscanas de Nuestra Señora del Refugio donde está plasmado el carisma de la Congregación, que nos identifica en el servicio educativo.

Es un escudo terciado en banda, cuyos colores representan:

• Blanco o plata: pureza, bondad, obediencia, inocencia, integridad, paz.
• Negro o sable: silencio, recogimiento, prudencia.
• Amarillo u oro: humildad, magnanimidad, alegría, luz, ciencia, fraternidad.
• Azul o azur: justicia, celo, fe, verdad, misericordia, piedad.

Está formado por dos arcos como simulando una corona de tres picos, que representa a la Santísima Trinidad y las virtudes teologales.

En el primer campo se observa un libro representando a la ciencia o sabiduría humana, iluminado por la Luz Divina de una estrella y el esplendor de sus rayos que son los siete dones o regalos del Espíritu Santo. “Enseñar al que no sabe” es una de las obras de misericordia que nuestra Congregación toma como uno de sus apostolados.

En el segundo campo tiene una corona que representa a la Santísima Virgen María en su advocación de Refugio de Pecadores que acoge, protege, orienta y guía a la comunidad educativa.

Perfil del director

• Ser persona íntegra, con vocación para educar, capacidad de organización, apertura al diálogo, juicio crítico, amable, sociable, con don de mando, sensible ante las debilidades y fortalezas del personal al servicio de la institución y con un constante afán de formación humana, profesional y espiritual.
• Promover que el cuerpo académico de la institución enriquezca permanentemente los contenidos, métodos y técnicas educativos a la luz de la fe.
• Ser vínculo de unión entre todos los integrantes de la institución, creando lazos de convivencia fraterna, motivando para el buen funcionamiento de las actividades a realizar dentro y fuera de la institución.
• Buscar permanentemente la excelencia académica de los alum- nos para que sean personas dignas y fermento positivo en la sociedad.
• Practicar la misericordia, humildad, alegría y demás virtudes institucionales para que los alumnos confiados a su cuidado y toda la comunidad educativa se formen en valores y crezcan en sabiduría.
• Cuidar que toda la comunidad educativa viva los principios institucionales y el estilo propio de educar en la Congregación.
• Actuar con rectitud de intención para hacer crecer y desarrollar la obra educativa de la Congregación.
• Actuar con espíritu de prevención y reparación con toda la comunidad educativa, especialmente con los más necesitados.
• Elegir personas idóneas para dirigir el trabajo y cuidar que todo el personal se capacite y actualice en los ámbitos profesional, doctrinal y espiritual, para enriquecer y desempeñar mejor sus funciones.
• Orientar y corregir fraternalmente todas las acciones de los miembros de la institución en los aspectos humano, académico y espiritual.
• Seguir los lineamientos oficiales y eclesiásticos sin descuidar la filosofía propia de la institución.
• Tratar en forma personal a cada uno de los miembros de la comunidad educativa sin distinción alguna.
• Cuidar y acrecentar con espíritu emprendedor el patrimonio y los bienes propios de la institución, con recto juicio y espíritu de pobreza.
• Velar porque se viva en toda la comunidad educativa las prácticas y celebraciones propias de la Congregación.

Perfil del maestro

El Maestro que labora en los Institutos de las Religiosas Franciscanas de Nuestra del Refugio, debe ser:

• Católico, con espíritu de comunión y servicio a la Iglesia, con capacidad de evangelizar la cultura que comunica, valorando los contenidos de su enseñanza a la luz de los principios y criterios del Evangelio.
• Fiel a la verdad teniendo coherencia con los principios filosóficos de la Institución en cuanto a la relación fe, cultura y vida.
• Alegre y entusiasta, abierto al cambio y a la necesidad de prepararse para incrementar su formación humana, religiosa, científica y técnica, de acuerdo a las exigencias de la época.
• Saber descubrir en cada alumno el rostro de Cristo, preocupándose no sólo por darle información, sino ante todo, formación humana, valores morales y espirituales, para que sea fermento positivo en la sociedad y dentro del estado de vida al que el Señor lo llame.
• Capacidad para atender en forma especial a los alumnos problema practicando la compasión y misericordia, de manera que re-encaucen su comportamiento y recobren la paz interior.
• Dar testimonio a la comunidad educativa por su alto espíritu de responsabilidad, madurez humana, científica y espiritual.
• Tener disposición para practicar las virtudes institucionales: humildad, alegría, misericordia, fraternidad, paz y ciencia para que los alumnos confiados a su cuidado se formen en dichas virtu- des y crezcan en sabiduría.

• Tratar a todos los alumnos y padres de familia sin distinción alguna, fomentando la disciplina, la unidad, la fraternidad, el compañerismo y la ayuda mutua.
• Cuidar y aprovechar al máximo los recursos didácticos y tecnológicos del momento y velar para que los alumnos los utilicen adecuadamente en su desarrollo espiritual y humano.
• Actualizarse y capacitarse permanentemente en todos los aspectos de su función como maestro, en beneficio de sus alumnos y de la institución.
• Propiciar un ambiente de libertad y sinceridad para que el alumno tenga un criterio propio y tome decisiones en beneficio de su desarrollo.
• Trabajar en equipo con directivos, orientadores, padres de familia y sus colegas, aportando iniciativas y experiencias que beneficien los servicios educativos que ofrece la institución.
• Cultivar en sus alumnos una exquisita sensibilidad artística, ecológica, social y una profunda responsabilidad civil y política.
• Desarrollar en los alumnos todas sus capacidades físicas, orientadas al cuidado de su salud y de su higiene personal.
• Educar a sus alumnos en el amor a la verdad y en la búsqueda del bien para contribuir a su desarrollo pleno y a la formación de una sociedad más justa.

Perfil del alumno

Aceptar en su vida y en su corazón el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo y la educación que se le ofrece.

• Refleje paz y alegría en las diferentes actividades escolares, así como en el trato fraterno con sus compañeros y con los demás miembros de la comunidad educativa buscando siempre el bien de todos.
• Ser humilde, reparador y misericordioso con sus semejantes, especialmente con los más necesitados, corrigiendo con caridad y comprensión los errores cometidos.
• Adherirse libremente al bien y ayudar a sus compañeros, a través del ejemplo, a no caer en el mal.
• Manifestar en sus actitudes el amor a la vida y respeto a la naturaleza, a ejemplo de San Francisco.
• Crecer en una justa libertad ante los bienes materiales, adoptan- do un estilo de vida sencillo, convencido de que “el hombre vale más por lo que es, que por lo que tiene”.
• Conseguir la síntesis personal entre fe, cultura y vida, por la plena coherencia de saberes, valores y actitudes.
• Ser crítico-propositivo ante los avances de la ciencia y la cultura a la luz de la fe.
• Formarse como personas de auténtico prestigio por su saber y doctrina preparados para desempeñar las funciones más importantes en la sociedad y para ser testigos de la fe en el mundo.
• Enriquecer con caridad y respeto, la experiencia del maestro con sus preguntas, confidencias, observaciones críticas y prepositivas para mejorar el trabajo de clase.
• Respetar y obedecer a sus padres como sus primeros y principales educadores y favorecer el desarrollo del ambiente familiar animado por el amor de Dios.
• Encontrar en las distintas disciplinas un saber por adquirir, valores que asimilar y verdades por descubrir como parte de su desarrollo integral.
• Ser responsable del cuidado de su escuela-casa para conservarla en las mejores condiciones de orden y limpieza.
• Ser consciente de la importancia del cuidado de su salud mental y física para un desarrollo armónico de su persona.

Perfil de los padres de familia

Como primeros y principales educadores de sus hijos, deben:

• Crear un ambiente de familia animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación integral, personal y social de los hijos.
• Formar a los hijos sin distinción alguna, con confianza y valentía en los valores esenciales de la vida humana, en una justa libertad ante los bienes materiales, adoptando un estilo de vida sencillo y austero.
• Ser guía de toda la acción educativa enriqueciéndola con los valores de misericordia, paz, alegría, dulzura, constancia, bondad y espíritu de sacrificio, que son el fruto más precioso del amor.
• Promover la unión, comunicación y participación cotidiana en fa- milia, tanto en los momentos de alegría como en los de dificultad, para una integración activa, responsable y fecunda de los hijos en la sociedad.

• Brindar educación sexual a sus hijos: verdadera, clara, delicada y enriquecida con los valores morales, humanos y espirituales, para llevarlos a un crecimiento personal y responsable.
• Ser para sus hijos fermento de fe y los primeros mensajeros del evangelio, mediante la oración y el testimonio de su vida.
• Ser conscientes que la escuela colabora con la familia en la educación de sus hijos, para que mantengan una relación cordial y efectiva con los profesores y directores de la institución.
• Corregir los defectos de sus hijos con autoridad y misericordia, y ayudarlos a desarrollar sus propios talentos para prevenir cualquier desviación de su conducta.
• Formar a sus hijos para que adquieran seguridad, organización, disciplina y visión positiva de la vida.