La Semana Santa o Semana Mayor es una de nuestras celebraciones más importantes, dura ocho días y se conmemoran las etapas de la Pasión de Jesús: desde su entrada triunfante a Jerusalén (Domingo de Ramos), la Ultima Cena, su Viacrucis, Muerte, culminando con el Domingo de Resurrección. La Semana Santa: ritual y litúrgicamente es uno de los momentos de mayor intensidad en nuestra Iglesia Católica.

Pasa las dispositivas para conocer más:

Domingo de Ramos

 

 

Marca el primer día de la Semana Santa con la conmemoración de la Entrada Triunfal de Jesucristo en Jerusalén, evento que encontramos en los cuatro Evangelios. Jesús entro montado sobre un asno y fue aclamado como Rey, tendían mantos a su paso y agitaban ramas de olivo y palmas a su paso, gritando: “Bendito el que viene en el nombre del Señor” ¡Hosanna en las alturas!

Por esta razón la Eucaristía del Domingo de Ramos tiene dos partes importantes: El primero es la procesión de las palmas y la bendición de las mismas por parte del Sacerdote. El segundo es la Lectura de la Palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Mateo. Por lo que el color Litúrgico es rojo.

Este Domingo proclamemos a Jesús como el «PILAR FUNDAMENTAL DE NUESTRAS VIDAS».

 

 

¿Qué significan los Ramos?

 

 

Se da a este día el nombre de Domingo de Ramos precisamente porque Jesús fue obsequiado con numerosos ramos por sus seguidores, Los ramos de olivo y de palma son el signo de la renovación de la fe en Dios. Se les atribuye el significado de la vida y resurrección de Jesucristo. Asimismo, recuerdan también la fe de la Iglesia en Cristo y su proclamación como Rey en el Cielo y de la Tierra.

El Sacerdote las Bendice y es costumbre que las personas tengan en sus casas los ramos benditos. Muchos hacen cruces con las palmas y las ponen detrás de la puerta, sobre el crucifijo, en las imágenes sagradas o en cuadros de motivos religiosos durante el año. Cerca del inicio de la Cuaresma en los templos se pone una canasta o en la sacristía se depositan las palmas benditas, que luego se queman ritualmente para hacer la ceniza que se utilizará el Miércoles de Ceniza.

 

 

En Familia

 

 

La Familia es el núcleo básico para vivir nuestra FE, los primeros días lunes, martes, miércoles hay que intensificar la oración y la reflexión acerca de cómo Jesucristo por Amor decide tomar el lugar de los hombres y recibir la muerte en la Cruz para liberar a la humanidad del pecado. La Semana Santa es el tiempo ideal para que cada uno de nosotros nos adentremos a nosotros mismos y meditemos sobre nuestros pensamientos, palabras y acciones, reflexionar sobre los cambios que hay que realizar para vivir más cerca de Dios y cumplir sus mandamientos. Ámense unos a otros como yo les he amado. Profundizar en cómo hemos vivido y cómo vamos a vivir nuestro Amor compasivo y misericordioso practicando la oración, la limosna y el ayuno en su sentido actual.

El Triduo Pascual: JUEVES SANTO, VIERNES SANTO Y SABADO SANTO concentra los momentos más importantes del año litúrgico. ASISTAMOS Y VIVAMOS CON FE, DEVOCION Y AMOR estos días.

 

 

Las tres grandes vías

 

 

El Papa Francisco nos recuerda que hay que romper las cadenas del individualismo y del aislamiento y redescubrir, a través del encuentro y la escucha, quién es el que camina a nuestro lado cada día y volver a aprender a amarlo como hermano o hermana. ¿Cómo realizar todo esto?

Volver a lo que realmente somos y volver a Dios y a los demás se nos invita a recorrer tres grandes vías: la limosna, la oración y el ayuno. Lo dijo Jesús y no se trata de ritos exteriores, sino de gestos que deben expresar una renovación del corazón. La limosna no es un gesto rápido para limpiarse la conciencia, para compensar un poco el desequilibrio interior, sino que es un tocar con las propias manos y con las propias lágrimas los sufrimientos de los pobres; la oración no es ritualidad, sino diálogo de verdad y amor con el Padre; y el ayuno no es un simple sacrificio, sino un gesto fuerte para recordarle a nuestro corazón qué es lo que permanece y qué es lo pasajero. Con sinceridad del alma y la coherencia de las obras.

 

 

El día anterior...

 

 

Era el día anterior a la fiesta de la Pascua, Jesús sabía que había llegado la hora que Él dejara este mundo para ir a reunirse con el Padre. Estando con sus discípulos en la Cena de Pascua, se levantó, tomó una toalla y se la ato a la cintura, hecho agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba en la cintura. Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, éste no quería que se los lavara, después de un dialogo, Jesús le contestó: Si no te los lavo, no podrás ser de los míos. -Pedro le dijo: ¿Entonces, ¡Señor, no me laves sólo los pies, sino también las manos y la cabeza! -Jesús le contesto: El que  está recién bañado no necesita lavarse más que los pies, porque ustedes están todos limpios, aunque no todos. Yo les he dado ejemplo para que ustedes hagan lo mismo que Yo he hecho. Conmovido les anuncio que uno de ellos lo iba a traicionar, mojó un pedazo de pan y se lo dió a Judas, a quien le dijo: Lo que vas a hacer hazlo pronto.

 

 

Institución de la Eucaristía

 

 

La institución de la Eucaristía, la víspera de la muerte de Jesús en la última Cena, en la que se encontraba Jesucristo acompañado de sus apóstoles es el Don absoluto de sí mismo realizado con su muerte en la cruz. La institución de la eucaristía por Jesucristo, tal como lo relatan los evangelios sinópticos, se realizó cuando tomando en sus manos el pan, lo partió y se los dio a sus discípulos diciendo: Tomad y comed, este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros. Del mismo modo, tomó el cáliz y se lo dio a sus discípulos diciendo: Tomad y bebed todos de él, porque esta es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

En la Misa en forma incruenta y por ministerio de los sacerdotes. Y puesto que en este Divino Sacrificio que se realiza en la misa, se contiene e inmola incruentamente el mismo Cristo que en el altar de la cruz «se ofreció a sí mismo una vez de modo cruento».

Nunca podríamos comprender ese misterio admirable de Dios, si no tomamos como guía y como modelo a una mujer que supo escuchar los misterios del Amor de Dios y guardarlos en su corazón: MARÍA, la Madre de Jesús. Ella es maestra en la fe, sólo en la FE creemos que el pan y el vino se convierten en su Cuerpo y su Sangre, entregándonos a los creyentes la memoria viva de su Pascua, convirtiéndose en Pan de vida y de salvación. Comulguemos con Fervor, Fe, Amor y Esperanza.

 

 

Viernes Santo

 

 

Este día, fundamentalmente es un día de duelo durante el cual recordamos la pasión y crucifixión de Jesucristo en el Calvario, Quien se sacrifica para salvar del pecado a la humanidad y darle la Vida Eterna. De allí que la cruz se haya tomado como el símbolo de la Gloria de Dios. A este respecto, escribe, en la Biblia, Pedro: «Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu» (1 Pedro, 3: 18).

Este día, la Iglesia católica manda a sus fieles, como penitencia, a guardar ayuno y abstinencia de carne. Tampoco se celebra la Eucaristía, sino la Liturgia de la Pasión del Señor.

El Papa Francisco nos dice: «la cruz de Cristo expresa amor, servicio, entrega sin reservas: es verdaderamente el ‘árbol de la vida’, de la vida sobreabundante». Nos enseña que en la cruz Dios reina sólo con la fuerza desarmada y desarmante del amor. Dios sorprende nuestra mente y nuestro corazón. Dejemos que este estupor nos invada, miremos al Crucificado y digámosle: «Realmente eres el Hijo de Dios. Tú eres mi Dios».

 

 

Sábado Santo

 

 

El Sábado Santo es la conmemoración de Jesús en el sepulcro y su descenso al abismo. Con este día se cierra el Triduo Pascual (Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo).

Es un día de Silencio en el que se rememora especialmente a la Virgen María tras la pérdida de su hijo, por lo que es un día de dolor y tristeza, destinado al silencio, luto, y reflexión, así como lo hicieron en el sepulcro María y los discípulos, Se reza el Rosario de Pésame.

No se realizan Eucaristías, no se tocan las campanas, el Sagrario se deja abierto y vacío, el Altar está despojado y no se administra ningún Sacramento excepto la Unción de los enfermos y la Confesión de los pecados. Se suelen realizar Retiros Espirituales y las iglesias permanecen abiertas para que los sacerdotes atiendan confesiones.

REALICEMOS ESTE DIA UN ENCUENTRO PERSONAL CON JESÙS Y MARIA SMA.

 

 

La Resurrección de Jesús

 

 

Pasado el día de reposo, María Magdalena, María la Madre de Santiago y Salomé compraron perfumes para perfumar el cuerpo de Jesús, y el primer día de la semana fueron al sepulcro muy temprano, apenas salido el sol, diciéndose unas a otras: ¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?, pero al mirar vieron que la gran piedra que tapaba el sepulcro ya no estaba en su lugar. Cuando entraron al sepulcro vieron sentado al lado derecho a un joven vestido con una larga ropa blanca. Las mujeres se asustaron, pero él les dijo: No se asusten, ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. Ha Resucitado no está aquí, miren el lugar donde lo pusieron. Vayan y digan a sus discípulos y a Pedro, Él va a ir a Galilea antes que ustedes. Allí lo verán tal como les dijo. Mc. (16, 1-7).

 

 

Domingo de Resurrección

 

 

El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús adquiere sentido toda nuestra religión.

Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo. En la Misa recordamos de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo Resucitado. La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.

Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte. La Resurrección es una luz para los hombres y cada cris- tiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico. Sabemos y creemos que Jesús sí resucitó, que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, que resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda nuestra vida adquiere sentido.

 

 

Domingo de Pascua 2023
Aniversario de la muerte de Nuestra M. Libradita

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