«Año de la Juventud.»
Comunicado Nº 18.
01 de Diciembre 2017.
Paz y Bien
Con cariño fraterno saludo a cada una de mis hermanas, en este tiempo en que nos disponemos con mayor entusiasmo y profundidad a vivir un año más, este Adviento. Pidamos a Jesús que nos ayude afinar los oídos y el corazón para poder renovar el camino de nuestra vida.
Comenzamos el Adviento tiempo de esperanza, tiempo de acción de gracias , de reflexión y espera gozosa, es decir un nuevo camino del pueblo de Dios con Jesucristo, nuestro Pastor, el Verbo hecho carne: que nos guía en la historia hacia el cumplimiento del Reino de Dios, redescubramos la belleza de estar todos en camino: la Iglesia con su vocación y misión, y la humanidad entera está en camino.
Y nuestra manera de vivir el Adviento este año es nueva, porque cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, nos brotan deseos nuevos, caminos inéditos, otras formas de expresión, compromisos diferentes… más ganas de vivir, para ser signos de esperanza, en nuestro mundo que ha perdido la esperanza de que el Señor venga a salvarnos.
La Vida Consagrada no somos sólo gente que espera sino que somos el «Adviento de Dios»:
«Vosotros podéis devolver esperanza a los jóvenes, ayudar a los ancianos, abrir caminos hacia el futuro, difundir el amor en cada lugar y en cada situación. Si esto no sucede, si en vuestra vida ordinaria falta el testimonio y la profecía, entonces, os repito nuevamente, es urgente una conversión.»
– Francisco. 11.S S. italianos.
Si tienes fe en el Señor tendrás esperanzas y la alegría entrará en tu corazón. el contacto con Jesucristo vivo en la Eucaristía es el único que nos puede dar la esperanza a través de María Reina, de la paz y la esperanza. Me encomiendo a su oración y cuenten con la mía.
«Jesús mío, yo confío en ti»
Hna. María Belén García Yáñez
Hna. Superiora General